¿Cómo vestir para una entrevista de trabajo?

Siempre se ha dicho que la primera impresión es la que cuenta y no existen segundas oportunidades para una primera impresión. Cuando vemos a una persona, automáticamente nuestro cerebro la etiqueta según su apariencia física, su forma de hablar y de moverse. De ahí viene la importancia, de que haya una coherencia entre nuestra forma de ser, de vestir y en la imagen que proyectamos.

Por otra parte, el ser agradable a la vista de los demás mejora nuestra autoestima, lo cual mejora a su vez nuestras relaciones sociales y profesionales. Así que es importante adquirir un criterio estético para saber que look es el adecuado para cada ocasión, de esta manera siempre estarás perfecta.

Enfoquemonos en el aspecto profesional. Si ya es complicado elegir la ropa del día a día, vestir para una entrevista de trabajo se nos puede hacer un mundo. Pero será muy sencillo si sigues estos consejos:

Primero, es importante saber a qué tipo de empresa vamos a acudir, no es lo mismo presentarse a una entrevista de trabajo para trabajar en un banco que en una tienda de moda o un gimnasio. Una vez aclarado este punto nos centraremos en un puesto de trabajo en el sector administrativo.

Consejos prácticos:

  • Elige un atuendo discreto sin estridencias. Debes dar una imagen de sobriedad, responsabilidad y seriedad, sin parecer que vas disfrazada.
  • La ropa no debe ser extremadamente ajustada para no dar una imagen vulgar.
  • Evita los grandes estampados y los complementos demasiado llamativos para no despistar la atención del entrevistador. Sin duda los colores neutros y prendas lisas serán tus grandes aliadas.
  • Maquíllate de forma muy natural. Con una base muy parecida a tu tono de piel, poca sombre, rubor natural y los labios bien hidratados.
  • Péinate como lo haces habitualmente para sentirte cómoda.
  • Prefiere los zapatos con un poco de tacón.
  • Ten cuidado con la dosis de perfume. Prefiere perfumes o colonias frescas y suaves.

Si trabajas en una oficina y entra un nuevo miembro en tu empresa, por ejemplo una chica con las uñas mordidas, el pelo desaliñado, con las raíces sin teñir, ropa sucia, medio estropeada o sin planchar, ¿qué pensarías de ella? Si se toma tan pocas molestias por tener una estética agradable, aun cuando no sabemos nada de su nivel de profesionalismo, su imagen nos invita a pensar que no es una buena trabajadora. Por el contrario no cuestionaríamos a simple vista a una mujer con unas uñas cuidadas, un cabello limpio y arreglado, un maquillaje suave y agradable, vestida con una camisa impecable y un traje de chaqueta.

A la hora de conquistar, también la imagen sigue siendo lo primero en lo que nos fijamos. Con eso no me refiero sólo al color de pelo o de ojos, sino también al tipo de ropa que usamos, como olemos, etc.

Éstos son sólo dos de los muchos ejemplos que podría nombrarte sobre cómo una imagen puede dañar o perjudicar nuestro trabajo o nuestro entorno social, puesto que la mayoría de las veces se nos juzga por la primera apariencia.

Te invito a conocerte mejor, a dedicarte tiempo y a disfrutar haciéndolo. Sin duda todas podemos trabajar nuestra imagen para sentirnos satisfechas con nosotras mismas y en lo que respecta a este post, a lograr una imagen profesional exitosa.

Evelyn Flores – Asesora de Imagen

https://www.instagram.com/evefloresblog/?hl=es-la

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *